Un relato muy intrigante en el Génesis va sobre Dios que
dice a Adán y Eva que después de comer la fruta prohibida morirían (Gn2:16-17), y, sin embargo, la comen y no mueren. Este relato es
aún más intrigante porque la serpiente convence a Eva a comer la fruta prohibida
– Eva luego convence a Adán a hacer lo mismo –
afirmando que no morirán, pero que sus ojos se abrirán y serán como dioses, conocedores
del bien y del mal, y más tarde nos enteramos que de hecho a Adán y Eva se les
abrieron los ojos (Gn3: 1-7) – se dieron
cuenta de que estaban desnudos – y que Adán
solo murió cuando tenía 930 años (Gn5: 3). ¿Qué trata el Génesis decirnos al
contradecirse?
El Génesis nos anima a encontrar una manera para que
Adán y Eva sí pueden haberse muerto después de comer la fruta prohibida, aunque
no murieron físicamente. Después de mucha investigación – Albert Einstein dijo: "Si supiéramos lo que estamos
haciendo, no se llamaría investigación, ¿verdad?" –
y tomar en cuenta un montón de ideas diferentes, vemos que el autor de este
libro sugiere que antes de comer la fruta prohibida Adán y Eva eran conscientes
de sus reencarnaciones, ya que esto les haría inmortal.
Si comer la fruta prohibida –
un cambio en su dieta – hizo que ya no
recordaban sus vidas pasadas, al mismo tiempo tampoco podrían estar seguro de
lo que sucedería después de su vida actual. Por lo tanto, después de comer la
fruta prohibida, deben haber empezado a temer a la muerte y así haberse hecho mortales.
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