viernes, 23 de octubre de 2015

LA VERDAD OS HARÁ LIBRES

Jesús dijo a sus discípulos: "... y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn8:32) porque previó que durante mucho tiempo los cristianos tomarían por cierto una idea falsa. Dado que este mensaje aparece poco después del episodio de la mujer adúltera,* y un poco más tarde los fariseos dicen a Jesús, "... nosotros no hemos nacido ilegítimo" (Jn8:41), está claro que esta falsa idea se refiere al padre de Jesús.
La creencia en el dogma del nacimiento virginal de Jesús ha convertido a los cristianos en esclavos, porque realmente no tienen fe en ese dogma, sino en las autoridades que defienden este dogma, y esa fe en unas autoridades va unido a una falta de fe en ellos mismos.
Cuando suponemos que las autoridades entiendan algunas ideas que nosotros no entendemos, ¿cómo podemos saber si realmente entienden estas ideas o sólo pretenden hacerlo. Y ¿cómo podemos entonces saber si esas autoridades se ocupan del bienestar de todo el mundo o sólo de su propio bienestar?
La gente ha seguido a unas autoridades – no sólo me refiero a las autoridades religiosas – como las ovejas siguen al pastor, sin darse cuenta de que él solo las protege contra los animales salvajes porque pretende comerlas el mismo más adelante.
Jesús dijo: "la verdad os hará libres" porque el hecho de que el Evangelio de San Mateo hizo que las autoridades religiosas llegaron a conclusiones erróneas, nos enseña que en vez de vez de fiarnos de ellas, debemos aprender a comprender el mundo en que vivimos por nuestra propia cuenta.
La fe es positiva cuando se refiere al futuro – como tener fe en pasar unos examenes –, porque entonces ayuda a alcanzar unos objetivos; pero es negativo cuando se refiere al pasado – como tener fe en el nacimiento virginal de Jesús –, porque entonces anima a ignorar toda información que contradice nuestra ‘suposición’. Como la sabiduría se consigue al procesar la información correctamente – al estudiar cómo nueva información afecta a toda información obtenida anteriormente –, la fe en dogmas condena a la gente a la ignorancia.
Tanto los dogmas de la religión como los axiomas de la ciencia son ideas que son consideradas ciertas, pero que nunca han sido demostrado ser ciertas. La diferencia entre ambos es que mientras que los científicos se dan cuenta de que quizás más adelante alguién logras demostrar que un cierto axioma es falso **, las autoridades religiosas no consideran la posibilidad de que sus dogmas sean falsas.
La ignorancia y la arrogancia van a menudo unido y están, sin lugar a duda, en el origen y la defensa del dogma del nacimiento de Jesús. Cuando apareció el Evangelio de San Mateo, las autoridades cristianas suponían que indica que Jesús nació de una virgen, pero no procesaron toda la información en este texto correctamente. Por ejemplo, no investigaron lo que las cuatro mujeres en la genealogía de Jesús tenían de especial, y tampoco comprobaron las diferentes profecías que San Mateo menciona en su evangelio. Si lo hubieran hecho, se hubieron dado cuenta de que mientras San Mateo se refiere a una profecía de Isaiah sobre una virgen que va a dar a luz a un hijo, el texto original en Isaías se refiere a una ‘doncella’ que va a dar a luz a un hijo. (Is7:14) ***.
(* Lea el artículo ‘La mujer adúltera‘.)
(** El axioma más importante dice que dos líneas rectas paralelas no se cruzan nunca. Parece obvio, pero reguntarse cómo se portan dos líneas rectas paralelas es lo mismo que indagar sobre la naturaleza del universo, ya que es el espacio en el que proyectamos estas líneas. En el caso de este axioma es falso tenemos que replantear nuestras ideas sobre el universo.)

(***Cuando los cristianos por fin descrubieron que Isaías se refirió a una mujer joven, la creencia en el dogma del nacimiento virginal de Jesús hizo que suponían que Isaías cometió un error)

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