Jesús dijo a sus discípulos: "... y
conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Jn8:32) porque previó
que durante mucho tiempo los cristianos tomarían por cierto una idea falsa.
Dado que este mensaje aparece poco después del episodio de la mujer adúltera,*
y un poco más tarde los fariseos dicen a Jesús, "... nosotros no hemos
nacido ilegítimo" (Jn8:41), está claro que esta falsa idea se refiere al
padre de Jesús.
La creencia en el dogma del nacimiento
virginal de Jesús ha convertido a los cristianos en esclavos, porque realmente
no tienen fe en ese dogma, sino en las autoridades que defienden este dogma, y esa
fe en unas autoridades va unido a una falta de fe en ellos mismos.
Cuando suponemos que las autoridades
entiendan algunas ideas que nosotros no entendemos, ¿cómo podemos saber si realmente
entienden estas ideas o sólo pretenden hacerlo. Y ¿cómo podemos entonces saber
si esas autoridades se ocupan del bienestar de todo el mundo o sólo de su
propio bienestar?
La gente ha seguido a unas autoridades – no sólo me refiero a las
autoridades religiosas – como las ovejas siguen
al pastor, sin darse cuenta de que él solo las protege contra los animales
salvajes porque pretende comerlas el mismo más adelante.
Jesús dijo: "la verdad os hará libres"
porque el hecho de que el Evangelio de San Mateo hizo que las autoridades
religiosas llegaron a conclusiones erróneas, nos enseña que en vez de vez de
fiarnos de ellas, debemos aprender a comprender el mundo en que vivimos por nuestra
propia cuenta.
La fe es positiva cuando se refiere al
futuro – como tener fe en pasar unos examenes –, porque entonces ayuda a
alcanzar unos objetivos; pero es negativo cuando se refiere al pasado – como tener fe en el
nacimiento virginal de Jesús –, porque
entonces anima a ignorar toda información que contradice nuestra ‘suposición’. Como
la sabiduría se consigue al procesar la información correctamente – al estudiar cómo nueva información afecta a toda
información obtenida anteriormente –, la fe en
dogmas condena a la gente a la ignorancia.
Tanto los dogmas de la religión como los
axiomas de la ciencia son ideas que son consideradas ciertas, pero que nunca
han sido demostrado ser ciertas. La diferencia entre ambos es que mientras que
los científicos se dan cuenta de que quizás más adelante alguién logras
demostrar que un cierto axioma es falso **, las autoridades religiosas no consideran
la posibilidad de que sus dogmas sean falsas.
La ignorancia y la arrogancia van a menudo
unido y están, sin lugar a duda, en el origen y la defensa del dogma del
nacimiento de Jesús. Cuando apareció el Evangelio de San Mateo, las autoridades
cristianas suponían que indica que Jesús nació de una virgen, pero no procesaron
toda la información en este texto correctamente. Por ejemplo, no investigaron
lo que las cuatro mujeres en la genealogía de Jesús tenían de especial, y
tampoco comprobaron las diferentes profecías que San Mateo menciona en su
evangelio. Si lo hubieran hecho, se hubieron dado cuenta de que mientras San
Mateo se refiere a una profecía de Isaiah sobre una virgen que va a dar a luz a
un hijo, el texto original en Isaías se refiere a una ‘doncella’ que va a dar a
luz a un hijo. (Is7:14) ***.
(* Lea el artículo ‘La mujer adúltera‘.)
(** El axioma más importante dice que dos
líneas rectas paralelas no se cruzan nunca. Parece obvio, pero reguntarse cómo
se portan dos líneas rectas paralelas es lo mismo que indagar sobre la
naturaleza del universo, ya que es el espacio en el que proyectamos estas
líneas. En el caso de este axioma es falso tenemos que replantear nuestras
ideas sobre el universo.)
(***Cuando los cristianos por fin
descrubieron que Isaías se refirió a una mujer joven, la creencia en el dogma
del nacimiento virginal de Jesús hizo que suponían que Isaías cometió un
error)