viernes, 11 de diciembre de 2015

ADAM & EVA ERAN VEGETARIANOS

El Génesis dice que Adam y Eva eran vegetarianos antes de su expulsión del paraíso. Esto no significa mucho cuando lo consideramos una fábula1, pero es relevante cuando lo consideramos la obra de un iluminado.2,3
Este primer libro de la Biblia dice que en el pasado los humanos vivieron en armonía, que pusieron fin a la misma por comer la fruta prohibida, y que diez generaciones más tarde destruyeron casi por completo a sí mismos. Reconoce así la lección más importante que la humanidad tiene que aprender: el hecho que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. El autor del Génesis logró prever algo que nosotros solo podemos entender ahora.
Cuando reflexionamos sobre la evolución de la humanidad, vemos que la tecnología hace que las armas sean continuamente más sofisticadas, mientras que al mismo tiempo permite a un porcentaje cada vez más pequeño de la población mundial apropiarse de un porcentaje cada vez mayor de todos los recursos disponibles, lo que aumenta la tensión entre los diferentes grupos de personas, y entre ellos y su entorno. Ahora que tenemos armas de destrucción masiva, la autodestrucción de la humanidad puede ocurrir en cualquier momento.
Para asegurar la supervivencia de la humanidad tenemos que preguntarnos por qué tenemos conflictos, y eso es lo mismo que preguntar a qué se refiere el fruto prohibido. Al indicarnos que Adán y Eva eran vegetarianos antes de su expulsión del paraíso, el Génesis asocia la armonía con una dieta vegetariana y sugiere que un cambio en la dieta humana puso fin a la armonía.
Los judíos, los cristianos y los musulmanes ansían el paraíso a causa del Génesis, pero prefieren ignorar que el Génesis asocia el paraíso – una sociedad armoniosa – con una dieta vegetariana. Esto ocurre porque consideran que la Biblia contiene la palabra de Dios y tienen una comprensión 'pagana' de Dios.
La gente que ve a Dios como un padre (o soberano) que debe ser obedecido en todo momento, le permite que sea caprichoso. Aceptan que Dios puede prohibir algo o cambiar de opinión sin ninguna razón. Lo que importa para ellos no es por qué había una fruta prohibida o a qué se refiere, sino el hecho de que Dios prohibió a Adán y Eva comerla. En lugar de ver el final del paraíso como el resultado por haber comida la fruta prohibida, lo consideran el castigo por haber desobedecido a Dios.
Dios recetó primero a Adán y Eva una dieta vegetariana, pero más tarde permitió a Noé comer carne. Es por esta razón que los judíos, los cristianos y los musulmanes comen otras criaturas, ignorando así que el Génesis asocia la armonía con una dieta vegetariana. Sin embargo, esta nueva ley dietética oculta una realidad para aquellos que no pregunten por qué Dios cambió de opinión.
Las personas que no cuestionan al Dios4 del Génesis, se apoyan en esta segunda ley dietética para ignorar la ley anterior. Están tan contentos de que Dios les permitió comer carne, que no se preocupan por qué cambió de opinión. No prestan ninguna atención al hecho de que Dios le dio a Noé la segunda ley después de exclamar: ”Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazón humano son malas desde su niñez, ni volveré a herir a todo ser viviente como lo he hecho.”
Esta claro que Dios no estaba contento con Noé. Tenía una buena razón para estar decepcionado. Le había pedido a Noé llevar con él en el arca a los animales, para que también podían sobrevivir el Diluvio Universal, y lo primero que hizo Noé al desembarcar fue ofrecer un sacrificio de algunos de esos animales.
La segunda ley alimenticia dice: “Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento”. Por lo tanto, no solo da permiso para comer a animales, sino también a humanos. Y como luego dice: “Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre, y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana. Quien vertiere sangre de hombre, por otro hombre será su sangre vertida, porque a imagen de Dios hizo El al hombre” Dios permite a Noé y sus descendientes comer otras criaturas para recuperar a su alma humana. Una vez que recuperen su alma humana, ya no tienen que comer otras criaturas.
Los cristianos justifican su dieta omnívora basándose en la segunda ley dietética, pero luego comen sangre, algo que ésta prohíbe por la segunda ley dietética. Esto demuestra que uno puede ignorar en la Biblia lo que uno quiere ignorar.
Mucha gente dice que lo contrario es cierto: que uno puede encontrar en este libro lo que uno quiere encontrar. El hecho de que en el pasado la Biblia ha sido utilizada tanto para defender como para condonar una misma idea –la esclavitud, el alcohol, etc– muestra que es cierto que este "libro sagrado" puede ser interpretado de muchas maneras. Pero eso no quiere decir que uno puede encontrar en él todo lo que uno quiere encontrar. Por ejemplo, no se puede encontrar que en los días del Paraíso a Adán y Eva comieron los animales
Lo que sí es cierto es que se puede hacer ignorar en él –y en la vida en general– lo que uno quiere ignorar. Por ejemplo, se puede ignorar que Dios prohibió comer sangre y que asocia el paraíso con una dieta vegetariana.
En la ley dietética que Dios da a Noé, Él se refiere a la ley dietética dado anteriormente a Adán y Eva. Mientras que en esta segunda ley de Dios indica: "Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento: todo os lo doy, lo mismo que os di la hierba verde" (Gn9: 3), en la primera ley dice: "Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para vosotros será de alimento. Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento". (Gn1:29-30) El hecho de que Dios había dado las hierbas verdes a los animales significa que él consideraba a Noé como un animal. Esto explica por qué Dios dice a Noé y su familia que tengan que reclamar su sangre humana (su alma humana).
No debe sorprendernos que la Biblia asocie el paraíso con una dieta vegetariana. Para que haya armonía entre la gente hace falta tener empatía Hillel, un famoso líder religioso judío del siglo I antes de Cristo, dijo que la Biblia enseña no hacer a los demás lo que es odioso para uno –, y es obvio que los vegetarianos, al poder imaginarse en el lugar de los animales, tienen empatía. Además, un paraíso no lo es solo para los humanos (o solo para los ricos, los blancos, los cristianos, etc.). Vivir en armonía significa respetar a nuestro entorno, y tanto las demás personas como las demás criaturas forman parte de él.
Desde nuestra infancia nos acostumbramos a una dieta particular y así es muy difícil cuestionar lo que comemos o no comemos. Es por esta razón que el Génesis no condena abiertamente comer otras criaturas. En el caso de que la Biblia lo hubiera hecho, lo paganos nunca lo hubieron aceptado como un "libro sagrado".
Los defensores de la dieta omnívora pueden oponer que en el caso de que el vegetarianismo fuera importante, Dios hubiera prohibido comer otras criaturas. Pero ignoran que en los días del paraíso Dios tampoco prohibió matar, robar, mentir, etcétera. Esa única prohibición –mantenerse alejado de la fruta prohibida– fue al parecer suficiente para garantizar la armonía. Mantenerse a esta única regla les permitió respetar al medio ambiente, a los demás seres humanos y a las demás criaturas.
En el pasado, algunas personas sí se dieran cuenta del hecho de que el Génesis asocia el paraíso con una dieta vegetariana. Mientras que Daniel, un libro del Anitugo Testamento sobre los días de la deportación a Babilonia, menciona varios israelitas de estirpe real y de familia noble que eran vegetarianos y se abstuvieron del alcohol (Dn1), el Nuevo Testamento sugiere que también los primeros cristianos –Jesús era de ascendencia noble– fueran vegetarianos (y se abstuvieron del alcohol): San Pablo dice en Romanos: 'no es bueno comer carne "(Rm14, 21).
Podemos preguntarnos si comer la fruta prohibido provocó una reacción en cadena de violencia que lleva a más violencia5. Cuando reflexionamos sobre la historia vemos que continuamente cometemos los mismos errores. Esto significa que no aprendemos todo lo que nos enseñan nuestras experiencias6 y que algo malo pasa con nuestra comprensión de la realidad y, por lo tanto, también con nuestra percepción de la realidad7. Para descubrir por qué tenemos conflictos, solo tenemos que preguntarnos qué substancias alteran nuestra percepción de la realidad de tal manera que prestamos tanta atención a ciertos aspectos que ignoramos a otros.

1 La ciencia no contradice a la Biblia, sino sólo a cierta interpretación de este libro. Adán y Eve, por ejemplo, no representan a los primeros humanos, sino sólo a la primera pareja que comió la fruta prohibida, poniendo así fin a la armonía
2 El Génesis es un libro sagrado porque guarda secretos. La palabra ‘sagrada’ tiene el mismo origen que la palabra ‘secreto’ y viene del verbo latin ‘segregare’. Nuestros antepasados llamaron ‘sagrado’ a esa parte del templo donde sólo el sumo sacerdote podía entrar porque la habían segregada (separada) del resto. Como lo segregado oculta algo a los demás, asociaron entre sí los conceptos ‘sagrado’ y ‘secreto’ desde el principio.
3 Los misticos associan la palabra griega ‘genesis’ (comienzo) y ‘gnosis’ (sabiduría oculta / comprehension) entre sí porque tienen los mismo consonantes.
4. Podemos llamar ‘Dios’ a las fuerzas que gobiernan el universo. Hay muchas leyes de la naturaleza pero todos se basan en el principio causa efecto.
5. La violencia causa traumas y estos son pasados de una generación a la siguiente que con el tiempo crean más violencia.
6. Cuando uno aprende todos lo que se puede aprender de una experiencia uno puede evitar que vuelve a occurrir en el futuro.

7. Conseguimos nuestra comprensión de la realidad de nuestra percepción de la realidad.






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