Bruno Lernout nace en 1957 en Duffel (Bélgica). Es el tercero
de 8 hijos (tiene 3 hermanos y 4 hermanas). Recibe una educación católica, pero
con solo 13 años da la espalda a la religión, porque le disgusta la hipocresía
de la iglesia y no entiende cómo tanta gente ha sido asesinada en nombre de
Dios.
Estudia arquitectura de jardín. Piensa hacer sus prácticas en
Lübeck (Alemania), pero no pasa los exámenes. En vez de irse a vivir al norte
viaja hacia el sur. Cuando se estaba preparando para los exámenes un amigo le
habló de hacer la vendimia en el sur de Francia y él le promete acompañarlo en
el caso de no pasar la prueba.
Viajan haciendo dedo y encuentran trabajo en Gignac, cerca de
Montpellier. Luego hacen otra vendimia en St. Emillion-Puisseguin, cerca de Burdeos.
Después van a visitar a unos conocidos en los pirineos. Allí su amigo le habla
de regresar a Bélgica, pero él señala el cielo azul y le propone seguir el sol.
Se dirigen a Barcelona, Madrid, Toledo, Granada, y luego a Marruecos.
En Marbella conoce a una chica y le promete volver a verla
después de viajar a Marruecos. Lo hace, pero a los pocos días tiene que
regresar a Bélgica porque se está quedando sin dinero. Promete a su novia
buscar allí enseguida un trabajo y ahorrar lo suficiente para en poco tiempo
poder regresar.
Unos meses más tarde está de vuelta en Marbella. Para poder
trabajar allí necesita un permiso y no sabe cómo conseguirlo. Es bastante
frustrante porque sabe 5 idiomas y vive en un lugar turístico donde hace falta
gente que habla idiomas.
Al no poder trabajar se junta con jóvenes que están de vacaciones o en camino hacia
Marruecos y que experimentan con drogas. Esto hace que no reaccione de la
manera más adecuada cuando él y su novia se enfrentan a un problema. Se
separan, pero él se queda a vivir en Marbella. Al final encuentra trabajo para
un touroperador belga y consigue un permiso de trabajo. Primero le envían a
Mallorca, luego a Tenerife, y dos años después a Marbella.
En los diez años que vive allí (1981-1990) conoce a gente de
muchos países diferentes. En esta ciudad turística que atrae a muchos ricos,
cada noche es noche de sábado. La gente bebe mucho alcohol y las drogas son
fáciles de conseguir. Al final se da cuenta de que esto perjudica su salud y deja
el alcohol durante una larga temporada.
Al principio trabaja de guía/azafato. Luego crea un folleto
de publicidad y unos años más tarde empieza una papelería especializada en
tarjetas, posters, etc. Al trabajar por cuenta propia consigue un permiso de
residencia. Pero la tienda no funciona y tiene que cerrar. Las deudas le
obligan entonces a volver a Bélgica por unos meses. Necesita dinero y es
difícil trabajar por cuenta ajena y conseguir un permiso de trabajo.
Aunque ha soñado en hacerse rico antes de tener 40 años,
ahora tiene que trabajar de lavaplatos, de jardinero y de obrero no
cualificado. Además, para conseguir trabajo tiene que competir con los
inmigrantes del norte de África y del este de Europa. Es una época difícil para
él, pero le da una cura de humildad. Para tener más posibilidades a la hora de
buscar trabajo aprende a escribir a máquina y a manejar programas de ordenador.
Cuando regresa a España elige Madrid, porque está harto de la
vida artificial en este pueblo turístico. Quiere por fin poder sumergirse en la
vida y la cultura española. Aunque España ya forma parte de la Comunidad
Europea, sigue siendo difícil encontrar un trabajo legal. Responde a un anuncio
y le invitan a una entrevista. Una semana más tarde empieza a trabajar, sin contrato,
en una pequeña empresa de publicidad que organiza dos veces al año una
convención dedicada a la Excelencia en la Imagen Corporativa. Durante estas
convenciones empresas de todo el mundo reciben un galardón. Por primera vez en
su vida lleva traje (uno caro) y corbata y para su gran sorpresa descubre que
ahora le tratan con más respeto.
En esa empresa aprende también que a menudo no leemos lo que
dice un texto realmente, sino solo lo que pensamos que dice, y que esto permite
crear falsas expectativas y engañar a la gente sin faltar a la verdad. Aunque
la mayoría de los galardonados están contentos con un trofeo por el que han
pagado un buen dinero, de vez en cuando hay una empresa que se siente estafada
y eso le crea problemas de conciencia. Por esta razón, cuando años más tarde le
ofrecen un porcentaje de los beneficios, decide irse de la empresa. Considera
que entonces sería directamente responsable de lo que hace esa empresa.
La decisión de dejar este trabajo forma también parte de una
crisis – tiene casí 40 años –, que curiosamente tuvo su origen en una molestia
física, un dolor en la rodilla. Después de visitar a varios médicos
tradicionales que no consiguieron ayudarle, consultó a un sanador holístico que
le habló de la unión de la mente y el cuerpo. Este señor le dijo que podía solucionar el
problema de su rodilla en poco tiempo, pero que su verdadero problema estaba en
un bloqueo mental.
Le prescribió un tratamiento holístico, basado entre otros
medicamentos en el oligoelemento ‘oro’, que le ayudó a recordar cosas que
habían pasado en su niñez. Empezó de repente a dar mucha importancia a su
subconsciente – había dejado de fumar hace años por un sueño y había tenido
otros sueños muy interesantes– y a interesarse por el pasado. Quería saber por qué
las cosas ocurren de cierta manera. Pronto empezó a cuestionar todo lo que
había aprendido. La idea de que a menudo nuevas teorías científicas contradicen
teorías anteriores le hacía darse cuenta de que cualquier idea podía ser falsa.
Esto le hizo pensar que lo más sensato era intentar descubrir sus propias
verdades.
Cuando dudamos de todo, nada está claro y, por lo tanto, todo
es posible. No sólo se preguntaba si las ideas de la ciencia eran verdaderas,
sino también si las de las religiones, las de las leyendas y los mitos se
basaban en la realidad.
Cuando su subconsciente le recomienda hacerse vegetariano, se
pregunta de dónde viene esa idea. Descubre entonces que tiene que ver con lo
que le enseñaron sobre el paraíso en su niñez. De repente se acuerda de que la primera vez que escuchó ese relato
llegó a la conclusión de que si Adán y Eva habían sido amigos de los animales
antes de la expulsión del paraíso, para volver a ser admitidos en él, lo lógico
seria volver a hacerse amigos de ellos y, por lo tanto, dejar de comerlos. Se
acuerda haberse sentido muy orgulloso por haber encontrado esa solución, pero
que al poco rato había pensado que tenía que haberse equivocado, ya que los
adultos le daban de comer animales, y suponía que ellos entendían todo mucho
mejor.
Habiendo encontrado de dónde venía la idea de hacerse
vegetariano, consultó una Biblia para averiguar lo que realmente decía al
respecto. Le pareció curioso que más adelante en la vida dejó de relacionar
este libro con el vegetarianismo y que ahora asociaba esa dieta más bien con
las religiones orientales.
En el Génesis, el primer libro de la
Biblia, lee que al principio Dios había dado orden a Adán y Eva de comer
vegetales y que sólo muchas generaciones más tarde, después del Diluvio
Universal, Dios dio a Noé y su familia el permiso de comer otras criaturas.
Su trabajo en esa empresa de publicidad le
permite leer este libro de una manera crítica. Gracias a lo que aprendido allí
se da cuenta de que algo no cuadra con esa segunda ley alimenticia. Al
preguntar por qué Dios cambió de opinión, descubre que estos textos guardan
unos secretos y que Dios, el gran protagonista de este libro, no es un ser
caprichoso, sino que se basa en el principio causa efecto.
Mientras muchos consideran que el Génesis está
lleno de mitos, él se da cuenta de que este libro está en el origen de las tres
religiones monoteístas, y que preguntar por qué tenemos problemas con los demás
y con nuestro entorno es lo mismo que preguntar a qué se refiere la fruta
prohibida.
Tiene una buena razón para estudiar este
libro, porque después de reflexionar sobre la evolución de la humanidad ha
llegado a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía – como la
nuestra – está destinada a autodestruirse. La evolución de la tecnología no
solo hace que las armas sean continuamente más sofisticadas, y que al final
permitan al hombre autodestruirse, sino también que un porcentaje cada vez más
pequeño de la población se apodera de un porcentaje cada vez más grande de
todos los recursos, aumentando así la tensión entre los diferentes grupos de
gente y entre ellos y su entorno.
Después de descubrir estos secretos en la
Biblia decide escribir un libro, pero cada vez que termina una versión no queda
contento y cambia su estructura y enfoque. Este proceso le permite descubrir
más secretos en la Biblia y conseguir una mejor comprensión de la misma. Pronto
no solo le interesa qué dice este libro, sino también averiguar por qué los
demás lo interpretan de una manera errónea.
El haber encontrado en el origen de la
Biblia una idea que se considera propia de algunas religiones orientales – el
vegetarianismo – le hizo suponer que quizás todas las filosofías y religiones
salvaguardaron algunas ideas importantes para la posterioridad. Esta idea le
hace ver que para entender la Biblia quizás se debe estar familiarizado con
ideas como la reencarnación y el karma.
Como tarda mucho tiempo en escribir su
libro, y sus recursos se agotan, empieza a trabajar de guía de senderismo.
Durante varios años ha ido cada domingo a la montaña con un grupo de
senderistas y tiene un amigo que organiza tours de senderismo y busca a alguien
para ayudarle. Le encanta este trabajo porque le gusta la naturaleza – empezó a
ir a la montaña para recargar energía – y los clientes de estos tours,
norteamericanos, son gente interesante. Varios de sus clientes estudiaron en
buenas universidades como Harvard, Yale, o Princeton y algunos son muy ricos.
Gracias a esta gente se da cuenta de sus
prejuicios sobre los americanos y los ricos. Aprende mucho de ellos. Le gusta,
por ejemplo, que dan las gracias cuando están contentos con un servicio.
Durante estos tours aprovecha la ocasión de
hablar sobre sus ideas. Como a menudo la gente no está completamente de acuerdo
con él, aprende a ampliar sus vistas y a mejorar sus argumentos. Algunos
conocen muy bien la Biblia – muchos clientes son judíos – y aprende mucho de
ellos.
De vez en cuando trabaja también de intérprete
para los juzgados. Mientras que en el trabajo de guía trata con privilegiados,
en el otro trata con marginales (traficantes, ladrones, etcétera). Son
contactos cortos, pero le afectan mucho, porque es capaz de imaginarse en el
lugar de los delincuentes.
Al principio sólo hace de guía en España,
pero como la temporada es corta – del principio de abril al final de octubre –
y no tiene trabajo en verano por el calor que hace, empieza a acompañar durante
estos meses a grupos de españoles que hacen la ruta de la seda. Gracias a este
trabajo entra en contacto con gente de culturas muy diferentes y pronto se
interesa por la historia y la religión de estos pueblos.
Más o menos en la misma época hace el
camino de Santiago. En el 2003, el año del ‘Prestige’, camina de Roncesvalles a
Santiago y luego a Finisterre y Muxía. Le encanta caminar durante tanto tiempo
en una misma dirección y ver cambiar, poco a poco, el paisaje y la gente. Al
llegar al mar se da cuenta de que no ha tenido una buena interacción con los
otros peregrinos, por haber andado muchos kilómetros cada día y encontrarse así
casi siempre con otros peregrinos. Así que decide repetir la experiencia al año
siguiente. Esta vez sale un 27 de febrero desde Somport con más de medio metro
de nieve. Semanas más tarde ha entablado amistad con otros peregrinos y cada
noche deciden hospedarse en el mismo albergue. Justamente antes de llegar a
Galicia, gracias a la interacción con estos peregrinos, tiene un sueño
revelador. Se da cuenta de que no tiene que ver con la magia, sino que es fruto
de cómo funciona el subconsciente. Ahora sabe por qué ha tenido ciertas
pesadillas y puede hacer algo para evitar que vuelva a tenerlas.
Pronto trabaja también de guía en el camino
de Santiago. Le gusta que tantos peregrinos hacen las mismas preguntas que se
hace él. Y por esta razón decide años más tarde vivir en el camino de Santiago.
Elige Arzúa, a 40 km de Santiago, y empieza allí una tienda que ofrece comida
para el peregrino y comida para el alma – food for thought – para el peregrino
espiritual. Quiere entrar en contacto con los peregrinos espirituales – en la
parte superior de las estanterías encuentran mensajes que forman un recorrido
filosófico – pero sin molestar a los demás peregrinos.
En los 6 meses que abre la tienda tiene
clientes de más de 65 países diferentes y conoce a varios peregrinos que están
muy interesados en sus ideas. Pero 6 meses más tarde tiene que cerrar porque
pierde dinero. No le importa demasiado porque se ha dado cuenta de que hay
mejores formas para difundir sus ideas.
Al año siguiente empieza a colgar sus
mensajes en el camino de Santiago. Por la mañana ayuda a Heidi, que vive en
Tabernavella y deja a los peregrinos descansar en su bonito jardín. Allí sus
mensajes animan a los peregrinos a cuestionarse a si mismos tanto como
cuestionan a los demás.
Charla sobre su filosofía con los que
muestran interés y ofrece información turística a los demás. Como ha vivido en
muchos sitios diferentes en España, ha conocido a gente de muchos países
diferentes y ha trabajado en muchos oficios diferentes, encuentra siempre algo
sobre lo que hablar.
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