lunes, 28 de septiembre de 2015

¿UTILIZAN SOLO LOS ACADÉMICOS SU CEREBRO?

No solo los academicos, sino cualquier persona con una mente inquisitiva que se dedica a investigar, puede descubrir cosas interesantes. Los autodidactas, como yo, encuentran sin embargo severas dificultades para divulgar sus conclusiones. La gente se fía de las autoridades, pero desconfía de los autodidactos. Es, por supuesto, mucho más fácil reconocer una autoridad y acceptar sus ideas, que tener que reflexionar uno mismo sobre ciertas ideas o tener que evaluar si las ideas de un autodidacta tienen o no sentido.
Como la gente idolatra a la autoridad – un académico, un líder religioso, etc. – quiero señalar que Albert Einstein dijo: “Una fe ciega en la autoridad es el mayor enemigo de la verdad.” y “La sabiduría no se consigue gracias a la enseñanza, sino gracias al esfuerzo de toda una vida para conseguirla.” Y también dijo: “Lo importante es no dejar de cuestionar. La curiosidad tiene su propia razón de existir.”
Cuando descubrí las citas de Albert Einstein, hace algo más de un año, sentí que finalmente había encontrado a alguién que me entendía. Soy apasionadamente curioso y cuestiono a la autoridad. Por esta razón, en vez de simplemente rechazar una idea que no tiene sentido – la concepción virginal de Jesús, por ejemplo –, como hacen los escépticos y los cínicos, he estudiado dónde el cristianismo encontró esa idea y así descubrí que tiene su orígen en una mala interpretación de un enigma en el Evangelio de San Mateo.

Jesús dijo: “La verdad os hará libres.” Esto tiene sentido porque la creencia en una falacia – la idea de que Jesús nació de una virgen, por ejemplo –, es realmente la creencia en la autoridad que defienda esa falacia, lo que hace uno ve a esa autoridad como un maestro y a uno mismo como un esclavo. 

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