jueves, 27 de abril de 2017

LA ARMONÍA


Ser o no ser: está una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – destinada a autodestruirse? Ésa es la pregunta. Si es cierto, para evitar nuestra autodestrucción, debemos establecer la armonía. Es mejor hacerlo pronto, ya que en cualquier momento las armas nucleares pueden poner fin a la humanidad.
Cuando reflexionamos sobre la evolución de la humanidad, podemos llegar a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. Para darnos cuenta de esto sólo debemos reconocer: a) que un porcentaje cada vez más pequeño de la población mundial se apropia de un porcentaje cada vez mayor de todos los recursos y que esto aumenta la tensión entre los diferentes grupos de gente y entre la gente y su entorno, y b) que todo (incluidas las armas) se han hecho continuamente más sofisticados, y que ahora que tenemos bombas nucleares es sólo una cuestión de tiempo que éstas sean utilizadas.
Ya que mucha gente interpreta esta hipótesis erróneamente, conviene aclarar enseguida que no señala que nuestra sociedad esté destinada a autodestruirse. Sólo dice que para evitar nuestra inminente autodestrucción – debido a que no vivimos en armonía y disponemos de armas capaces de causar una catástrofe -, debemos establecer la armonía.
Para poder solucionar un problema, primero debemos reconocer que tenemos un problema. Sólo cuando reconocemos que una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada a autodestruirse, investigaremos por qué tenemos conflictos con los demás y con el entorno.
La lección más importante que la humanidad tiene que aprender
La vida continuamente nos enseña lecciones. Cuando no actuamos de una manera correcta – cuando no respetamos nuestra naturaleza, la naturaleza de los demás, o la naturaleza del entorno –, tarde o temprano sufriremos las consecuencias.
La lección más importante que debemos aprender es que una sociedad que no vive en armonía está destinada autodestruirse. Nuestra supervivencia depende de cómo reaccionamos ante esta hipótesis. Depende de sí descubrimos qué nos impide vivir en armonía o por qué tenemos conflictos.
La invención de las armas nucleares constituye un hito en la historia de la humanidad porque nos permite darnos cuenta de la verdadera naturaleza de nuestra sociedad. El hecho de que hoy dispongamos de armas capaces de poner fin a la humanidad, nos permite darnos cuenta de que estamos todos en el mismo barco, y que cuando éste se hunde, pereceremos todos: ricos y pobres, conservadores y progresistas, buenos y malos, creyentes y no-creyentes.
Antes de que la humanidad dispusiera de armas nucleares, unos pudieron beneficiarse de los conflictos de otros. Hoy la situación ha cambiado. No podemos permitirnos una guerra nuclear, porque no sobreviviríamos. Ya que cualquier conflicto puede degenerar en una guerra nuclear, realmente ya no podemos permitirnos ningún conflicto. Para evitarlos, y así garantizar la supervivencia de la humanidad, en vez de preocuparnos sólo por nuestro propio bienestar, debemos ahora preocuparnos también por el bienestar de todos.         
Es fácil culpar a los demás por lo que va mal en el mundo, pero para evitar una guerra nuclear debemos reconocer nuestra co-responsabilidad. Es cierto que cuando unos se enfrentan a un problema, es en primer lugar su responsabilidad encontrar una solución. Si quieren evitar problemas similares en el futuro, deben descubrir qué circunstancias están en el origen de este problema. Sin embargo, como todo en este mundo está de alguna manera relacionado con todo lo demás, tenemos todos alguna responsabilidad. Y todos por supuesto podemos aprender algo de esta experiencia. Por lo tanto, en vez de enseñar sólo a nuestros familiares las lecciones de la vida, debemos enseñarlas también a los demás.
Mucha gente ‘cree’ que algunas personas son buenas y otras malas y que siempre será así. Sin embargo, la vida nos enseña que todo en el universo sigue el principio causa efecto. Por lo tanto, para evitar que la gente se porte mal, sólo debemos descubrir qué circunstancias les hacen portarse así. Para establecer la armonía lo que importa son las futuras generaciones. No importa si no logramos cambiar a los que ya se portan mal. Lo que importa es evitar que otros les imiten.
¿Qué crees tú que es el sentido de la vida?                                                    

El sentido de la vida es pasárselo bien. Esto parece frívolo, pero no lo es. Para evitar las experiencias desagradables debemos aprender todo lo necesario sobre nosotros mismos, sobre los demás y sobre nuestro entorno. Si no nos tratamos bien a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno, tarde o temprano sufriremos las consecuencias. Por lo tanto, el sentido de la vida está estrechamente relacionado con aprender la naturaleza de las fuerzas que gobiernan el universo. La lección más importante que debemos aprender referente a la interacción entre nosotros y el mundo exterior (los demás y el medio ambiente), es que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. Esa idea nos ayuda a comprender mucho mejor el sentido de la vida.



La hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse”, utiliza la palabra ‘armonía’, en vez de la palabra ‘guerra’, para animar a la gente a que reflexionen sobre la diferencia entre ambos conceptos.
La gente que idolatra la paz ignora que, ésta inevitablemente lleva a la guerra, ya que no pone fin a la lucha por los recursos. Mientras que durante la paz la gente, cuando lucha por los recursos, sigue ciertas normas, durante la guerra no lo hace. Debido a esta lucha por los recursos unos acumulan cada vez más riquezas, mientras que otros continuamente encuentran más problemas para sobrevivir. Cuando los primeros se sientan frustrados, porque acumular más riquezas es cada vez más difícil, y los segundos se sientan frustrados, porque sobrevivir es cada vez más difícil, dejan de ver las ventajas de estas normas que deben seguir cuando luchan por los recursos. Por esta razón, la paz y la guerra forman un círculo vicioso. Para evitar la guerra, debemos cuestionar la paz, y, por lo tanto, cuestionar la lucha por los recursos.
Los que idolatran la paz no suelen reconocer que una sociedad que no vive en armonía está destinada autodestruirse. Suponen que para evitar la autodestrucción sólo deben defender la paz y asegurar que nadie utilice armas nucleares en sus conflictos. Pero la paz no se puede imponer para siempre, ya que la lucha por los recursos aumenta la tensión entre los diferentes grupos de gente, y entre éstos y el entorno. Por lo tanto, para garantizar la supervivencia de la humanidad, debemos descubrir por qué luchamos por los recursos, y por qué tenemos conflictos con los demás y con el medio ambiente.
La hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse es nueva. Otros han avisado contra la autodestrucción de la humanidad, pero o lo vieron como el resultado de una guerra nuclear, o como el resultado del daño que causamos al medio ambiente. Sin embargo, si tenemos armas de destrucción masiva, y dañamos el medio ambiente, es porque no vivimos en armonía.
Vivir en armonía significa tener buenas relaciones con los demás y con el entorno. Ya que conseguimos nuestros recursos del entorno, vivir con los demás y vivir en armonía con el entorno están interrelacionados. Intentar mejorar las relaciones con el entorno tiene, por lo tanto, poco sentido cuando no intentamos al mismo tiempo mejorar las relaciones con los demás.
Cuando nos damos cuenta de que vivir en armonía con los demás y vivir en armonía con el entorno están interrelacionados, es difícil ignorar la importancia de una política adecuada de natalidad. Cuando en una región las familias tienen muchos niños, llegará el momento en el que el entorno ya no logre proveer suficientes recursos para todos. Entonces o mueren todos, o empiezan a luchar por los recursos; o emigran a regiones con suficientes recursos; o adoptan una política adecuada de natalidad. En el caso de que emigren y continúen teniendo muchos hijos, llegará el momento que su nuevo hábitat ya no pueda proveer suficientes recursos para todos.
Cuando reflexionamos sobre la lucha por los recursos, vemos que al estar la tierra limitada, también sus recursos están limitados. Dividir los recursos es, por lo tanto, similar a dividir una pizza. Cuánto más grande es la porción de uno, más pequeña será la porción de todos los demás.
La mayoría de la gente ignora que cuánto más grande sea su porción de los recursos, más pequeña será la porción de los recursos de los demás. Algunos lo hacen porque, o no han reflexionados mucho sobre la lucha por los recursos, o no procesan la información correctamente. Otros ignoran deliberadamente la teoría de la pizza, porque saben que con una división justa les tocará una porción más pequeña.
La gente está tan acostumbrada a la lucha por los recursos que no cuestionan sus consecuencias. Mucha gente ve la lucha por los recursos como un juego. Como a la gente les gustan los ganadores, los ricos no sólo consiguen una recompense material, sino también el respeto de los demás.
‘La supervivencia del más apto’, una teoría económica basada en la teoría de la evolución de Charles Darwin, ofrece a los ricos una razón adicional para sentirse orgullosos y para ignorar la teoría de la pizza: ellos son los más aptos. Sin embargo, la hipótesis de la armonía señala que estamos todos en el mismo barco, y que cuando éste se hunde, pereceremos todos: ricos y pobres. La gran diferencia con las demás especies, es que nosotros no sólo luchamos para sobrevivir, sino también para conseguir lujos y que con el tiempo esto lleva a la autodestrucción.
¿Es no luchar por los recursos lo mismo que el comunismo?
La gran diferencia entre el comunismo y vivir en armonía es que mientras el comunismo prohibe a la gente luchar por los recursos, las personas que viven en armonía no luchan por los recursos porque tienen una mejor comprensión de si misma, de los demás y de su entorno. Mientras que el comunismo obliga a la gente a seguir una política adecuada de natalidad, la gente que vive en armonía sigue una política adecuada de natalidad porque comprenden que vivir en armonía con los demás está interrelacionado con vivir en armonía con el entorno y, por lo tanto, no debe haber más niños que el entorno puede sostener.

No luchar por los recursos no significa que todos poseen los mismos ‘lujos’ Algunos pueden por supuesto trabajar más y disfrutar así de más lujos, mientras otros pueden trabajar menos y disfrutar así de más tiempo libre. No luchar por los recursos signfica simplemente que no no sobreevaluamos nuestro trabajo y subestimamos el trabajo de los demás.




Cuando reflexionamos sobre la vida extraterrestre y la hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse”, la pregunta más relevante que debemos formular es si los habitantes de otro planeta viven en armonía. Si lo hacen, el hecho de que nosotros no lo hacemos, es una razón para evitar el contacto con nosotros.
La hipótesis que dice que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse nos permite reflexionar sobre la vida extraterrestre desde una nueva perspectiva. En el caso de que los habitantes de otro planeta vivan en armonía, nosotros representamos una amenaza para su sociedad, ya que nosotros aún no hemos aprendido a hacerlo.
En el caso de que no vivan en armonía y nuestra civilización sea más avanzada, no tardaremos mucho en apoderarnos de los recursos de este planeta y en lograr que sus habitantes trabajen para nosotros. Incluso podemos decidir comerlos, si no se parecen a nosotros. En el caso de que no vivan en armonía y su civilización sea más avanzada, no tardarán mucho en apropiarse de nuestros recursos y en lograr que trabajemos para ellos. Incluso pueden decidir comernos si no nos parecemos a ellos.
Como las sociedades armoniosas pueden considerar a las sociedades no-armoniosas una amenaza, podemos preguntarnos si quizás nuestro planeta comenzó originalmente como un ‘campamento de corrección’. La mejor forma de tratar a la gente que no vive en armonía es la de aislarles – en una isla o un planeta – y dejarles hacer lo que quieran. Aunque al principio aquella sociedad sería un infierno, ya que nadie se preocuparía de cómo su comportamiento afecta a los demás, al sufrir las consecuencias de su comportamiento, la gente puede gradualmente aprender a respetarse y a respetar al entorno.
Los habitantes de un planeta que vive en armonía, no pueden enseñar a los habitantes de un planeta que no lo hace, ya que la gente debe estar lista para las ideas nuevas. La gente a menudo piensa que están listos, pero ignoran que están tan acostumbrados a ciertos habitos – la lucha por los recursos, tener muchos hijos, comer otras criaturas, tomar ciertas drogas – que no las cuestionan.
Sin embargo, cuando reflexionamos sobre nuestra sociedad, vemos que para vivir en armonía con el entorno y, por lo tanto, también con los demás, debemos seguir una política de natalidad adecuada, ya que no debe haber más gente que el entorno puede dar de comer. Y cuando reflexionamos sobre unos extraterrestres interesados en apropiarse de nuestros recursos, en esclavizarnos o comernos, vemos que sería muy hipócritica por nuestra parte decirles que no deben tratarnos de esta manera cruel, cuando nosotros tratemos así a las demás criaturas en nuestro planeta. Además, cuando reflexionamos sobre el vegetarianismo, vemos que puede ser más fácil para los vegetarianos vivir en armonía, ya que la empatía con los demás criaturas suele ir unida a la empatía hacia las demás personas.
Cuando reflexiomamos sobre la vida extraterrestre, debemos darnos cuenta de que nuestra visión del universo se basa en en el axioma que afirma que dos líneas rectas paralelas nunca se cruzan. Como un axioma es una idea que acceptamos como cierta, aunque nadie ha sido capaz de demostrarla, esta visión no es necesariamente correcta.
Cuando pensamos en dos capas de ladrillo es muy difícil imaginar que, por más larga que hagamos la pared, lleguen a cruzarse alguna vez. Pero para saber cómo dos líneas rectas paralelas se portan en el espacio, debemos primero saber algo más sobre la naturaleza de una línea y sobre el espacio en el que proyectamos esta línea. Preguntar cómo se comportan dos líneas rectas paralelas es realmente lo mismo que preguntar cómo es el universo. Por lo tanto, quizás no estamos sólo aislados físicamente, sino también mentalmente.






Cuando reflexionamos sobre la hipótesis que dice: ‘una sociedad que no vive en armonía – como la nuestra – está destinada autodestruirse”, es lógico preguntarse si alguna vez hemos vivido en armonía; si alguna vez nos hemos autodestruido; y qué ocurriría en el caso de que mañana una gran catástrofe dejara sólo unos pocos supervivientes.
Ciertas leyendas aseguran que, en cierto momento, nuestros antepasados vivieron en armonía, pero ni ha sido demostrado que alguna vez vivieran en armonía, ni que nunca lo hicieran. En el caso de que sí vivieran en armonía, esto significa que nosotros deberíamos ser capaces de evitar nuestra autodestrucción, ya que lo que fue posible en el pasado debe ser posible en el futuro. En el caso de que no vivieran en armonía, esto no significa que la armonía sea imposible, ya que algo que no se ha logrado no implica que no se puede lograr.
Otras leyendas se refieren a una gran civilización del pasado que desapareció a causa de una catástrofe. Ya que una sociedad que no vive en armonía está destinada autodestruirse, podemos preguntarnos si estas leyendas se refieren a una sociedad que se autodestruyó. Nada demuestra que la humanidad alguna vez se autodestruyó, pero nada demuestra tampoco que la humanidad nunca se autodestruyó. Sin embargo, todo lo que existe ahora, ya puede haber existido en el pasado. Todo lo que hemos aprendido sobre la naturaleza, lo pueden haber descubierto nuestros antepasados hace muchas generaciones. Si alguna vez existió una civilización avanzada, no debe sorprendernos que se autodestruyó, ya que esto es lo que le ocurre a una sociedad cuando la gente no vive en armonía.
Qué le ocurre a una civilización avanzada cuando una catástrofe deja pocos supervivientes?
Una civilización avanzada es el resultado de la cooperación de mucha gente diferente, que se dedica a tareas diferentes, que requieren materiales que vienen de muchos lugares diferentes. Cuando ocurre una catástrofe, y sólo unos pocos sobreviven, esa civilización llega pronto a su fin. Las nuevas circunstancias a las que se enfrentan retrasarán de golpe el reloj de la evolución.
Reproducir los diferentes artilugios avanzados que tenían antes de esta catástrofe no sólo es muy difícil y requiere mucho tiempo, sino que ahora tampoco les hacen falta. La gente necesita otra vez herramientas simples, ya que en vez de dedicarse a tareas especializadas, ahora tienen que dedicarse a tareas más básicas, como, por ejemplo, encontrar suficiente comida, protegerse de condiciones climáticas adversas, de animales salvajes que sobrevivieron la catástrofe, etcétera.
Los supervivientes de una gran catástrofe deben trabajar duro, porque todo ha sido destruido. Sin embargo, el que ahora haya menos gente, hace que haya más recursos para todo el mundo. Solo más adelante, cuando aumente la población, y ya no habrá recursos suficientes para todo el mundo, tendrán que competir de nuevo entre ellos para conseguir suficientes recursos.
La ley del más apto decide quién sobrevive y quién se hace rico. Los que se apoderan de mucha más comida de lo que realmente necesitan, pronto anhelan mercancías de lujo y servicios de lujo, que requieren una especialización, y que estimula el comercio entre diferentes regiones. Los que son creativos e inventivos, o que comercian con otras regiones, ofrecen entonces sus servicios a los ricos.
La riqueza atrae la atención de los que no tienen recursos suficientes y de los que simplemente quieren más recursos. Por lo tanto, los que son ricos deben dedicar mucho esfuerzo en proteger su riqueza. Esto anima a la gente en hacerse más creativo e inventivo. Ya que las armas que sirven para protegerse a menudo también sirven para atacar a otros, esa creatividad lleva finalmente a la invención de armas capaces de causar la autodestrucción de esa sociedad.
No solo hay razones para suponer que después de que una gran catástrofe deje pocos supervivientes una civilización avanzada lluege a su fin, sino también para suponer que unas generaciones más tarde la gente incluso ignore la existencia de esa civilización del pasado. Una es que una catástrofe así es una experiencia traumática y que los supervivientes pueden preferir no hablar de ella a las siguientes generaciones. Otra es que a la gente le gusta sentirse orgullosa de si misma, y que haber formado parte de una civilización que se autodestruyó es más bien algo de lo que uno puede avergonzarse. Y aún otra es que una vez que la gente vive otra vez de una manera primitiva, para cada nueva generación será más difícil imaginarse armas capaces de causar tanta destrucción.






Sólo debemos reflexionar sobre la evolución de la humanidad – reconocer que las armas se hacen continuamente más sofisticadas y que hoy disponemos de armas de destrucción masiva; que la brecha entre ricos y pobres se hace continuamente más grande y que así la tensión aumenta entre los diferentes grupos de gente y entre éstos y su entorno – para llegar a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse. ¿Por qué ignoran entonces los intelectuales esta realidad?
Algunos lo ignoran porque simplemente no han procesado toda la información disponible. Otros lo hacen deliberadamente – aunque a menudo no son conscientes de eso –, porque suponen que la armonía en la Tierra es imposible y, por lo tanto, la autodestrucción es inevitable. Los problemas que parecen no tener una solución son tan estresantes que la gente prefiere ignorarlos. Y nada es por supuesto más estresante que suponer que en un futuro cercano la humanidad se autodestruirá y la vida se acabará.
La gente supone que la armonía es imposible porque ‘creen’ que cierta gente es buena y otra gente mala, y que siempre será así. Ya que nadie ha demostrado que la gente es mala por ninguna razón aparente, debemos suponer que, al igual que lo que ocurre con todo lo demás, existe una razón por la que la gente se porta mal, y que para restaurar la armonía debemos solo descubrir por qué la gente se porta así.
El hecho de que los filósofos busquen la verdad, los científicos estudien la naturaleza de la humanidad y del universo, los políticos se preocupen por nuestro futuro, y los teólogos estudien los misterios de la vida, y que sin embargo no han llegado a la conclusión de que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse, demuestra que procesan la información tan mal como los demás.
Procesar la información correctamente significa sacar todas las conclusiones que ésta permite sacar, al investigar cómo cada nueva idea afecta a todas las ideas anteriores. El problema es que conseguimos tanta información que pocas veces lo hacemos. Por esta razón, cuando fueron inventadas las armas nucleares, poca gente se dio cuenta de que esto no sólo significaba que la humanidad ahora era capaz de autodestruirse, sino también que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse.
El hecho de que tampoco las ‘autoridades’ se dieran cuenta de esta hipótesis demuestra que, en vez de esperar a que ellos evitan la autodestrucción de la humanidad, debemos evitarlo nosotros mismos. Es nuestro futuro y, por lo tanto, nuestra responsabilidad conseguirlo.
La ignorancia y la arrogancia van a menudo unidas
Aunque no procesamos la información correctamente tenemos, sin embargo, una buena opinión de nosotros mismos. El hecho de que estamos a punto de destruir la creación no nos impide considerarnos a la cabeza de la creación. Esto demuestra que la ignorancia y la arrogancia van a menudo unidas. La sabiduría, por otro lado, requiere humildad, algo que no suele ser una característica de la mayoría de las autoridades.
Cuando la gente se entera de esta hipótesis, a menudo, reacciona de una manera irresponsable.
Cuando a la gente se le dice que una sociedad que no vive en armonía está destinada a autodestruirse y que la autodestrucción de la humanidad puede ser inminente, ya que nosotros no vivimos en armonía y disponemos de armas de destrucción masiva, algunos exclaman: “¡Quizás es lo que debe ocurrir!”; otros señalan: “¡Nosotros pereceremos, pero el universo seguirá existiendo!”; y aún otros comentan: “Algo evitará la autodestrucción de la humanidad ya que la humanidad siempre ha logrado sobrevivir.”
Estas reacciones son irresponsables. Imagínate que un día descubres que la carretera en la que todo el mundo conduce lleva a un abismo. En vez de exclamar: “¡Quizás debemos morir de esta manera!”, “Mi vida y la vida de mi familia no significan nada. ¡El universo continuará!”, o “¡Algo hará desaparecer este abismo ya que la gente siempre ha cogido esta carretera y nunca se topó con un abismo!”, tiene mucho más sentido bajar la velocidad, avisar a los demás y buscar otra carretera.





La razón principal por la que no vivimos en armonía con los demás y con el entorno es que no aprendemos todo lo que se puede aprender de nuestras experiencias y, por lo tanto, cometemos los mismos errores una y otra vez.
Vivir en armonía significa respetarse a uno mismo, a los demás, y al entorno. Cuando no lo hacemos, tarde o temprano sufrimos las consecuencias. Cuando reflexionamos sobre estas consecuencias, vemos que para vivir en armonía con los demás y con el entorno, sólo debemos aprender todo lo que se puede aprender de nuestras experiencias. El hecho de que nosotros, y la sociedad de la que formamos parte, cometemos los mismos errores una y otra vez, demuestra que no aprendemos todo lo que se puede aprender de estos errores. Si, por ejemplo, aprendiéramos todo lo que se puede aprender de la guerra, ya no tendríamos guerras.
La historia sólo se repite cuando la gente no aprende todo lo que se puede aprender de sus experiencias. Lo que importa del pasado es que nos enseña lecciones valiosas, y que podemos mejorar el futuro ajustando nuestro comportamiento en el presente, gracias a lo que aprendimos del pasado.
Desgraciadamente, mucha gente no comprende la historia. Estudian ciertos episodios de la historia porque quieren sentirse orgullosos, e ignoran otros porque no quieren sentirse avergonzados. Sin embargo, lo que importa no es cómo se portaron nuestros antepasados, sino cómo nos portamos nosotros. Y lo que importa no es cómo alguien se portó en el pasado, sino cómo se porta en el presente.
¿Requiere vivir en armonía una buena comprensión de la realidad?
Cuando investigamos la última causa de nuestros conflictos, debemos investigar por qué no procesamos la información correctamente. Vivir en armonía requiere una buena comprensión de la realidad: de nosotros mismos, del mundo en el que vivimos, y de la interacción entre ambos. El problema es que aunque sólo hay una realidad, la gente la ve distinta porque enfocan aspectos distintos. Mientras que una mala comprensión de la realidad divida a la gente, una buena comprensión de la realidad les une. Una buena comprensión de la realidad tiene en cuenta todos los distintos aspectos (las diferentes caras de una historia); una mala comprensión sólo tiene en cuenta algunos aspectos (una cara de la historia).
¿Comprender correctamente la realidad significa percibirla bien?
Una buena comprensión de la realidad es sólo posible cuando tenemos una buena percepción de la realidad y reconocemos toda la información que se puede obtener de nuestras experiencias. Para poder sacar todas las conclusiones que nuestras experiencias nos permiten sacar debemos, por supuesto, no ignorar cierta información. Mientras que con una buena percepción de la realidad nos damos cuenta de todas las causas y consecuencias de nuestro comportamiento, con una mala comprensión no lo hacemos. Por lo tanto, la última causa de nuestros conflictos es una mala percepción de la realidad.
Para descubrir lo que nos impide vivir en armonía debemos preguntarnos qué altera nuestra percepción de la realidad. Es el caso de las drogas. Ciertas drogas nos hacen prestar tanta atención a ciertos aspectos que ignoramos otros. Hacen que damos tanta importancia a lo que anhelamos que ya no importe ‘cómo’ lo consegamos. Hacen que enfoquemos en los beneficios inmediatos de nuestras acciones e ignoramos el hecho de que al no portarnos correctamente tarde o temprano sufriremos las consecuencias.




Cuando la gente pierde su buena percepción de la realidad, por culpa de drogas que les hace enfocar su atención en ciertos aspectos e ignorar otros, pronto dejan de tratarse correctamente. Lo que anhelan se vuelve más importante que ‘cómo’ consiguen lo que anhelan. Las víctimas de abusos sexuales y otros abusos sufren traumas, que dañan la percepción de la realidad. Como ya no pueden aprender todo lo que se puede aprender de estas experiencias, estos abusos y traumas pasan de una generación a la siguiente.
Imagínate una sociedad que vive en armonía. Ya que la gente tiene una buena comprensión de la realidad, aprende todo lo que se puede aprender de sus experiencias, y consigue así una buena comprensión de si misma, del mundo en el que viven y de la interacción entre los dos. Ahora imagínate que un día empieza a tontear con drogas. ¿Cómo afectaría esto a esta sociedad? ¿Qué piensas tú qué le ocurrirá ahora a esta gente que presta más atención a lo que anhela que en ‘cómo’ lo consigue, y que enfoca tanto en los beneficios inmediatas que ya no ve las consecuencias a largo plazo de su comportamiento?
Podemos suponer que cuando esta gente ahora anhela algo, los que son más fuertes lo cogen por la fuerza, en vez de intentar cambiarlo por algo que la otra persona anhela. Podemos suponer que las victimas luego buscan la revancha y creando así un círculo vicioso de violencia que lleva a más violencia.
Cuando el abusador es mucho más fuerte, las victimas están indefensas y sufrirán traumas cuando no vean cómo evitar abusos futuros. Es, por supuesto, muy desagradable darse cuenta de que alguien puede robarles algo por lo que han trabajado muy duro. Esto es aún más traumático cuando esta pérdida pone en peligro su supervivencia.
Recordarse de una experiencia desagradable puede ser tan traumático que pone en peligro nuestra supervivencia y decidimos, por lo tanto, bloquearla de nuestra consciencia. Esto, sin embargo, afecta nuestro ‘flujo de pensamientos’ que se basa en asociaciones. Bloquear este recuerdo de nuestra consciencia significa que cada vez que una característica particular nos haga recordar esa experiencia desagradable, simplemente desviamos nuestra atención. Mientras que antes, nos recordaríamos de esta experiencia desagradable cada vez que nos topáramos con una característica del abusador (su raza, edad, sexo, peso, etcétera), con una característica del día en el que nos abusaron (el momento del día, el día de la semana, el día del mes, las condiciones climatológicas, etcétera), o con una característica del lugar donde nos abusaron (el tipo del terreno, etcétera), ahora inmediatamente desviamos nuestra atención a otra cosa.
El problema de los traumas – bloquear experiencias desagradables de nuestro consciencia – es que alteran nuestra percepción de la realidad y, por lo tanto, ya no conseguimos una buena percepción de la misma. El problema es que para recuperarla ahora ya no sólo tenemos que alejarnos de las drogas, sino también tratar nuestros traumas.
Muchas experiencias traumáticas tienen que ver con las relaciones sexuales. Al prestar más atención a lo que anhelan que a ‘cómo’ lo consiguen, los hombres empiezan a abusar de las mujeros ya que ellos son más fuertes. Los abusos sexuales son muy traumáticos ya que las victimas se dan cuenta de que lo que les ocurrió puede volver a ocurrir algún día. No saber cómo evitar abusos futuros causa tanto estrés que parece que ya no vale la pena vivir.
Los abusos sexuales son incluso más traumáticos para los niños. Pero mientras que para ellos es más difícil defenderse, es más fácil para ellos borrar una experiencia desagradable de su consciencia. El problema es que cuando lo hacen, ya no pueden aprender de ella, y que esta experiencia sobrevive en su subconsciente. El problema es que los niños observan cómo los adultos se portan en ciertas circunstancias para imitarles en el caso de alguna vez se enfrenten a circunstancias similares. El problema es que cuando la gente pierde el control y ya no es capaz de reaccionar racionalmente, su subconsciente toma el relevo y allí han ‘guardado’ los comportamientos adultos observados en ciertas circunstancias para poder imitarlos en el caso de que algún día lo necesiten. El problema es que cuando nos topamos con demasiadas características de esta experiencia desagradable, ya no logramos desviar nuestra atención y de repente nos acordamos de esta experiencia desagradable, y que esto puede ser tan traumático que perdemos el control. El problema es que las drogas pueden abrir la puerta del subconsciente. El problema es que niños que sufrieron abusos se pueden convertir en adultos abusadores.
Una persona que abusa de un niño, porque de repente pierde el control después de recordar su propio abuso, no necesariamente continúa abusando y no necesariamente luego recuerda de haberlo hecho. En caso de que le enseñaran a condenar este tipo de comportamiento, encontrará esta experiencia tan traumática como el niño del que ha abusado. La idea de que acaba de hacer algo que su sociedad condena es tan insoportable que inmediatamente borra esta experiencia de su consciencia. En el caso de que nunca más se tope con circunstancias que le hagan perder el control, nunca más abusará de niños.
Es por culpa de este mecanismo de defensa, que hace que las victimas bloquean abusos sexuales de su consciencia para así poder soportar la vida, que estos abusos sexuales son pasados de una generación a la siguiente. Es también por culpa de este mecanismo de defensa que muchas familias ignoran que tengan en casa un niño que ha sido abusado sexualmente o alguien que ha abusado sexualmente de un niño.
Mientras que los abusos sexuales ya son terribles para una niña, aún son peores para un niño, ya que él también tiene que enfrentarse al hecho de que el abusador le utilizó como si fuera una niña. Al bloquear esta experiencia de su consciencia más adelante no sólo encontrará problemas para aprender la naturaleza de las relaciones sexuales – cualquier información relacionado con las relaciones sexuales le puede hacer recordar esa experiencia desagradable –, sino que también encontrará más difícil para identificar su propia sexualidad. No todos los homosexuales nacieron así. Algunos se convirtieron en homosexuales por lo que les pasó durante su juventud. Cuando ignoramos esta realidad, ignoramos que los abusos sexuales de niños son más comunes de lo que la mayoría de la gente piensa.




Las drogas son como las medicinas. En vez de tomarlas, debemos preguntarnos qué nos hace enfermar. En vez de recurrir a las drogas para poder aguantar nuestra sociedad, debemos cuestionar nuestra sociedad. En vez de recurrir a las drogas para relajarnos y pasárnoslo bien, debemos preguntarnos porqué no podemos relajarnos siempre y disfrutar siempre.
Para evitar la autodestrucción debemos descubrir por qué tenemos conflictos. Ya que la última causa de nuestros conflictos es una mala percepción de la realidad, originalmente causada por las drogas, tenemos una buena razón para cuestionar las drogas.
El problema de las drogas es que como alteran nuestra percepción de la realidad – nos hacen, por ejemplo, considerarnos a la cabeza de la creación, cuando estamos a punto de destruir esa creación – encontramos muy difícil reconocer el daño que causan.
Mientras que de lunes a viernes tomamos drogas que nos ayuden a seguir el ritmo de nuestros trabajos, del viernes por la noche hasta el domingo por la tarde tomamos drogas que nos ayudan a relajarnos y pasárnoslo bien. Esto demuestra que hay algo terriblemente mal en nuestra sociedad. En vez de tomar drogas deberíamos investigar por qué las anhelamos. Algunas preguntas que deberíamos hacer son, “¿Por qué trabajamos tanto?”, “¿Por qué nos sentimos tan inseguros que necesitamos drogas para socializar y pasárnoslo bien?”, “¿No abren las drogas las ‘puertas’ de nuestro subconsciente donde tenemos guardadas las experiencias traumáticas?”, “¿No es así que las drogas están a menudo en el origen de los abusos sexuales y que las víctimas de abusos sexuales suelen más adelante tener problemas con las drogas?”“¿Es quizás por culpa de las drogas que ignoramos que no debemos hacer a los demás lo que es odioso para nosotros?”, “¿Es quizás por culpa de las drogas que ignoramos que todos somos una familia y que conviene preocuparnos no solo de nuestro propio bienestar sino también del bienestar de todos los demás?” y “¿Es quizás por culpa de las drogas que ignoramos que al estar todo relacionado, somos de alguna manera responsables de todo lo malo que ocurre en este mundo?”

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