viernes, 1 de febrero de 2019

VEGETARIANISMO: 2 PROSELITISMO


Si los vegetarianos quieren cambiar el mundo, porque anhelan una sociedad que vive en armonía, no deben crear animosidad hacia su causa. Lamentablemente, a ciertas personas les desagrada el vegetarianismo debido a cómo se comportan ciertos vegetarianos defienden su causa.


Después de ser vegano durante siete años, me convertí en flexitariano. Renunciar a mi dieta vegana no fue fácil. Cuando tuve serios problemas con mi digestión, un médico me lo recomendó. Aunque era vegetariano, no le hice caso. Solo renuncié a mi dieta vegana después de que mi madre me dijera que últimamente tenía muy mal humor y así darme cuenta de que era una mala publicidad para la causa vegana.
Mi plan original era recuperar mi dieta vegana tan pronto como mejorara mi digestión. Incluir de nuevo animales en mi dieta me hizo sentir incómodo. Soñé con haber empezado de nuevo a fumar porque asocié seguir de nuevo mi dieta anterior con retomar un antiguo vicio.


Gracias a mi dieta flexible de los últimos catorce años el contacto con los no-vegetarianos es más fácil. A menudo, amigos o conocidos me han preguntado por qué me hice vegetariano. Cuando les hablé de mis objeciones morales, sintieron que juzgaba su dieta, por lo que ellos juzgaban la mía. Aunque he aprendido a refutar argumentos ridículos como: "Si dejas de comer animales porque tienen vida, también debes dejar de comer plantas porque también lo tienen", casi nunca no comprendieron mi razonamiento.
Hablar sobre el vegetarianismo con gente que es incapaz de cuestionar su dieta omnívora no tiene sentido. Por esta razón, cuando ahora me preguntan por qué soy vegetariano les sugiero que leen Comer Animales de Jonathan Safran Foer. El hecho de que mis amigos no sientan la misma empatía no me molesta, porque sé que entre las nuevas generaciones muchos se hacen vegetarianos y ellos son el futuro

Aunque he conocido a muchos vegetarianos, no he conocido a nadie más que dejó de comer otras criaturas debido a la Biblia. Cuando tenía casi cuarenta años tuve una crisis y sentí que debía hacerme vegetariano. Como lo cuestionaba todo, investigué de dónde mi subconsciencia había sacado esa idea. Descubrí entonces que tenía que ver con mi infancia y la maestra de parvulario que nos contó sobre Adán y Eva en tiempos del paraíso.
La maestra nos dijo que en aquella época éramos amigos de los animales y que, después de que Dios nos expulsó del paraíso, comenzamos a sufrir mucha miseria. Al reflexionar sobre eso, llegué a la conclusión de que para ser readmitidos en el paraíso debíamos dejar de comer animales. Me sentí muy orgullo por haber encontrado la solución, pero cinco minutos más tarde pensé que debía haberme equivocado ya que supuse que los adultos saben todo mejor y ellos me dieron comer animales.

Cuando más de treinta años después me acordé esa experiencia, me sorprendió que la Biblia tiene un mensaje vegetariano. Cuando leí ese libro descubrí que Dios le prescribió a Adán una dieta vegetariana: " Ved que os he dado toda hierba de semilla, así como todo árbol que lleva fruta de semilla." Los judíos y los cristianos, que consideran que este libro es sagrado, comen a otras criaturas porque después del diluvio universal, Dios le dijo a Noé: “Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento, lo mismo que os di la hierba verde; todo os lo doy."


Un lector atento se da cuenta de que esta segunda ley alimenticia permite a la gente comer cualquier criatura, incluidas otras personas, y que las palabras: "lo mismo que os di la hierba verde" se refieren a la primera ley alimenticia. Cuando vuelve a leer ese primer pasaje, descubre que las hierbas verdes no fueron dadas a Adán y Eva, sino a las bestias: “Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde para alimento.” Por lo tanto, con esta segunda ley alimenticia, Dios señala que considera que aquellos que comen otras criaturas no son humanos, sino bestias.


Inmediatamente después, Dios dijo: “Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre, y yo os prometo reclamar vuestra propia sangre: la reclamaré a todo animal y al hombre: a todos y a cada uno reclamaré el alma humana.” Esto implica que la gente puede recuperar su alma humana comiendo otras criaturas. Mientras que los vegetarianos ya lo han hecho, los omnívoros todavía tienen que lograrlo.

La Biblia nos anima a asociar el alma humana con seguir una dieta vegetariana. Aunque no parece tener sentido que los omnívoros puedan recuperar su alma humana comiendo animales, debemos darnos cuenta de que los animales que comen son mayormente herbívoros. Por lo tanto, vemos que la Biblia puede ayudar a difundir el vegetarianismo: este libro anima a los no vegetarianos que cuestionen su dieta vegetariana, mientras que al mismo tiempo anima a los vegetarianos que tengan paciencia con los no-vegetarianos.






VEGETARIANISMO: 1 LA BIBLIA


ADAM Y EVE ERAN VEGETARIANOS
La gente asocia el vegetarianismo con el hinduismo y el budismo, pero ignora que el relato de Adán y Eva, con la que están familiarizados los judíos, los cristianos y los musulmanes, asocia una sociedad que vive en armonía con una dieta vegetariana.

La Biblia dice que en los días del paraíso, Dios le recetó a Adán una dieta vegetariana: "Ved que os he dado toda hierba de semilla, así como todo árbol que lleva fruta de semilla." Los judíos y los cristianos, que consideran que este libro es sagrado, comen otras criaturas porque después del diluvio universal Dios le dijo a Noé: “Todo lo que se mueve y tiene vida os servirá de alimento, lo mismo que os di la hierba verde; todo os lo doy." 


Un lector atento se da cuenta de que esta segunda ley alimenticia permite a la gente comer cualquier criatura, incluida otras personas, y que las palabras: "lo mismo que os di la hierba verde" se refieren a la primera ley alimenticia. Cuando leemos ese primer pasaje de nuevo encontramos que las hierbas verdes no fueron dadas a Adán y Eva, sino a las bestias: “Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y que tiene vida, les he dado toda planta verde para alimento.” Con esta segunda ley alimenticia Dios señala que considera a aquellos que comen otras criaturas, no como seres humanos, sino como bestias.



VEGETARIANISMO: 3 UNA VISITA EXTRAPLANETARIA

Thoth: -Hola habitantes de la tierra. Me llamo Thoth y soy el comandante de esta nave espacial. ¿Cómo se llaman ustedes?
Jacob: -Yo soy Jacob. Ella es María, mi esposa.
María: -¡Qué sorpresa que usted habla nuestro idioma! ¿De qué planeta viene usted?
Thoth: -Del planeta Worth.
Jacob: -¡Qué grande es esta nave espacial! ¿Cuántos pasajeros caben?
Thoth: -Tiene cuatro asientos para la tripulación y espacio para medio millón de cadáveres
María: -¿Cadáveres?
Thoth: -Estamos aquí para conseguir nuevas provisiones.
Jacob: -¿Para conseguir nuevas provisiones?                            
María: -¿Qué tipo de provisiones?
Thoth: -Habitantes de la tierra.
María: -¿Ustedes comen habitantes de la tierra?
Thoth: -Nos encantan los habitantes de la tierra. Mi plato favorito es Habitantes de la tierra con salsa agridulce.
Jacob: -¿Habitantes de la tierra con salsa agridulce?
Thoth: -Si, es mi plato favorito.          



María: -¿Cómo piensan ustedes conseguir esos cadáveres?
Thoth: -Invitamos a los habitantes de la tierra a que visiten nuestra nave espacial. ¿Les gustaría ver su interior?
Jacob: -No, gracias. ¿Qué significan los símbolos en su nave espacial?
Thoth: -Es el nombre de nuestra nave espacial en la escritura de nuestra planeta. Dice: El Juicio Final.
Jacob: -¿El Juicio Final?                                                                                        
Thoth: -Fue una idea de Zeus.
Jacob: -¿De Zeus?
Thoth: -Es el mayor en nuestro planeta.
María: -¿Los dioses gobiernan su planeta?
Thoth: -En nuestro planeta somos todos dioses.
María: -¿Y comen ustedes habitantes de la tierra?
Toth: -Así es.
Mary: -Pero no deberían hacer eso. ¡A nosotros, habitantes de la tierra, no nos gusta que nos coman!
Toth: -¡Pero a nosotros, habitantes de Worth nos gusta comer habitantes de la tierra!
María: -¡Pero eso es terrible!                                                                    
Toth: -¿Por qué? ¿No comen ustedes otras criaturas?
María: -Es cierto, pero son diferentes
Toth: -No es verdad. ¿Son ustedes creyentes?
Jacob: -María lo es. Yo no. ¡Espera! ¿Por qué me lo ha preguntado? ¿Ha sido porque ustedes no comen creyentes?
Toth: -No distinguimos entre creyentes y no-creyentes. Dime Jacob, ya que usted no cree en Dios, usted cree en la ciencia, ¿verdad?
Jacob: -Así es. Pero debo señalar que la ciencia no es algo en lo que uno cree, sino que trata de leyes naturales que han sido demostradas.
Toth: -¡No es cierto! La ciencia trata de leyes naturales que ustedes creen que han sido demostradas. A nosotros no nos importa ni la religión ni la ciencia. Lo que importa para nosotros es la sabiduría, que es procesar la información correctamente. ¿Ha escuchado usted hablar de Charles Darwin?
Jacob: -Por supuesto.                                                                       
Toth: -¿Y no demostró este científico que todas las criaturas en la tierra tienen un antepasado en común?
Jacob: -Es cierto.      
Toth: -¿Por qué entonces coma otras creaturas?
Jacob: -Porque fue hace mucho tiempo.
Toth: -Nosotros tenemos con ustedes antepasados en común, pero también fue hace mucho tiempo.
María: -No lo sabía.   
Toth: -Fue antes que sus antepasados cambiaron su dieta y les expulsamos de Worth.
María: -¿Expulsasteis a nuestros antepasados por cambiar su dieta?
Toth: -Es cierto. María, ¿tiene usted hijos?
María: -Tengo dos: Sofía tiene trece años y Jesús menos de un año.
Toth: ¡Qué bien! Me encanta bebé asado. Crujiente por fuera y tierno por dentro. Es absolutamente delicioso. Pero es mucho trabajo para conseguir esa corteza crujiente. Por esta razón, lo comemos solo el día del Juico Final.
Jacob-¿El día del Juicio Final?                                                                                         
Toth: -Celebramos el día del Juicio Final cada 5779 años del planeta tierra. Según nuestro calendario esto ocurre tres días después de que regresemos de nuestra misión humanitaria. Entonces nos reunimos en familia y comemos bebé asado. Es una tradición.   
María: -Pero es una tradición terrible.                           
Toth: -Yo creí que los habitantes de la tierra no cuestionaron las tradiciones.
Jacob: ¿Por qué no comen ustedes vacas, cerdos y pollos? Es lo que hacemos nosotros. Tenemos muchos y podemos venderles algunos. De esa manera ustedes no tienen que comernos.
Toth: -¡Uno debe comer un poco de todo! ¿No es lo que los habitantes de la tierra que comen otras criaturas dicen a los habitantes de la tierra que no lo hacen?
Jacob: -¿Quién le ha dicho eso? ¿Ha hablado usted con un vegetariano?                           
María: -¿Algunos de vuestro planeta no comen habitantes de la tierra?
Toth: -En nuestro planeta todos comemos habitantes de la tierra, pero no comemos aquellos que no comen otras criaturas. Somos justos: tratamos a una criatura de la misma manera que ella trata a las demás criaturas.
María: -¿Los dioses no comen vegetarianos?
Toth: -Así es.   
María: -Sofía es vegetariana.
Toth: -No la comeremos.



María: -Pero ella adora a su hermanito Jesús.
Toth: -Sofía tendrá sus propios bebés y estos no pensarán en comer a otros habitantes de la tierra porque cuando nuestra misión humanitaria ha concluido ya no quedarán en la tierra habitantes que lo hagan.
Jacob: -Espero que ustedes no comen creyentes. Mi mujer es cristiana y yo recibí una educación cristiana.
Toth: -Pero Jacob, ya no eres cristiano, ¿verdad? Para nosotros no importa lo que fuiste en el pasado, sino lo que eres ahora.
Jacob: -¿Vas a salvar a María por ser cristiana?
Toth: -Ella no es cristiana. Solo cree que es cristiana.
María: -Pero yo sí soy cristiana. Voy a misa todos los domingos.
Toth: -No es por ir a misa que uno es cristiana. Un verdadero cristiano no come otras criaturas.
María: -¿Quién dice eso?
Toth: -María, creo recordar que Jesucristo dijo que no había venido para cambiar la Ley y también que uno de los diez mandamientos dice: ¡No matarás!
María: -Pero eso significa no matarás a otras personas.
Toth: -María, si ese mandamiento significaría ¡No matarás a otras personas! diría: ¡No matarás a otras personas!
Jacob: -Nosotros supusimos que significaba eso. Nadie nos dijo que estaba prohibido matar a otras criaturas. Los sacerdotes no nos lo explicaron.
Toth: -No deben ustedes culpar a los sacerdotes. Ustedes tienen un cerebro, ¿o no? Y saben leer, ¿o no?
María: -Pero supusimos que ¡No matarás! significaba ¡No matarás a otras personas!




Toth: -Mira, les vamos a sacrificar NO porque ustedes comen otras criaturas, sino porque NO logran entender que No matarás se refiere también a otras criaturas. Les vamos a sacrificar porque ustedes no tienen empatía. Para nosotros, las criaturas sin alma no son más que carne.
María: -Pero nosotros no solo somos carne. Tenemos un alma.
Toth: -Me tema que las otras criaturas de la tierra no opinan lo mismo.
María: -Por favor, no nos comen. Podemos aprender. Les rogamos que nos enseñen tener empatía. Dadnos una oportunidad.
Toth: -Hemos inspirado varios cuentos para enseñaros la empatía. Algunos de ustedes captaron su mensaje, otros no.
Jacob: -Yo creí que los cuentos solo eran diversión.
Toth: -Muchos de ustedes solo piensan en divertirse. Algunos de ustedes incluso se divierten torturando a otras criaturas.
María: -Nosotros no torturamos a los animales
Toth: -Pero las comen. Las personas que no captan el mensaje oculta de Hansel y Gretel no tienen alma.
María: -La bruja malvada que puso a Hansel en una jaula para engordarlo y luego comerlo me aterrorizó. Me sentí muy feliz cuando Gretel logró liberar a su hermano.
Toth: -¿Por qué no consiguió ese cuento hacerle empatizar con los animales encerrados que ustedes engordan para luego comerles?
María: -No sabía que debía hacer esa asociación.




Jacob: -Por favor, perdónanos.
Toth: -Ustedes han recibido muchas oportunidades para aprender la empatía. Ha llegado el momento para deshacerse de las personas egoístas. Las personas a las que continuamente se les debe decir qué es bueno y qué es malo, porque son incapaces de entenderlo por sí mismos, son demasiada carga para el universo.
María: -Por favor, salven ustedes a Jesús. Sólo tiene 8 meses. Es inocente.
Toth: -No lo es. Todas las personas en la tierra han estado aquí en varias ocasiones. Todos has recibido múltiples ocasiones para aprender cómo deben portarse.
Jacob: -¿Nos está diciendo usted que somos las reencarnaciones de personas que vivieron en el pasado?
Toth: -Si usted hubiera procesado la información correctamente se hubiera dado cuenta de eso.
María: -Yo no creo en la reencarnación.                                                                 
Toth: -Las personas que se caigan se lastiman si creen en la ley de la gravedad o no. Todos los habitantes de la tierra han estado aquí varias veces.
Jacob: -¿Reencarnaremos después de que ustedes nos comen?
Toth: -Los que han perdido su alma ya no reencarnan. Esta misión humanitaria se llama el Juicio Final porque al comer a los sin-almas restauramos la armonía en la tierra.
María: -¡Mirad aquellas estrellas brillantes en el Este! Se están se acercando.
Toth: -No son estrellas, sino las demás naves espaciales de nuestra misión humanitaria.
María: -Ay, ¡Dios!                           
Toth: -¿Te puede ayudar María?
María: -No me estaba refiriendo a ti, maldita sea.